SUNDARI, fundadora de la Escuela Esencialista

" Rehazte tú mismo, y el mundo cambiará".

Sundari, escritora, filósofa, expresó una visión humanista impregnada de la enseñanza de Jesús, el Maestro de los Cristianos, y esto, de la manera más cercana a Su enseñanza original.  Es a través de una estrecha unión con Él, desarrollada en su más tierna infancia, que ella experimentó y vivió este potente mensaje de amor.  Esta enseñanza de alta espiritualidad fue el hilo conductor de su vida, en la que ella pudo aplicar a ella misma los principios de la reforma individual al servicio de los demás y vivir en plena consciencia su vida de artista y de mujer músico en todo Paris de antes y después de la guerra.  

En 1951, siendo su relación más estrecha, la necesidad de sentar las bases fundamentales del despertar del hombre a la espiritualidad a través de la reforma individual, la condujeron a crear la Escuela Esencialista, una corriente de pensamiento, fundador del trabajo sobre sí mismo para un mundo mejor, diametralmente opuesto al existencialismo que expresa que el ser humano aparece en el mundo, existe y se define después.  Sundari ha claramente identificado el objetivo de nuestro combate:  el orgullo y el egoísmo, las dos piedras angulares, frenos a nuestra evolución y a la elevación de nuestra consciencia.  De allí la exigencia de un trabajo constante y cotidiano sobre nosotros mismos haciendo al mismo tiempo un llamado a nuestra capacidad de desarrollar la humildad.  Los lazos espirituales, y el trabajo sobre uno mismo son indisociables.  

Las numerosas corrientes de pensamiento de nuestro mundo se afanan y no llegan a nada pues el camino propuesto se sitúa muy a menudo a nivel de lo maravilloso o de una jerarquización de nuestro mental que, a menudo, nos conduce a sublimar nuestro ego.

Los tiempos actuales nos demuestran que la adicción al ultra materialismo conduce a nuestro mundo a un impasse físico y filosófico.  Nos sorprende la veneración del mundo digital el cual nos sustrae a nuestro plan de evolución original, a las leyes universales y cósmicas de amor y de sabiduría.  

La aceleración exponencial de nuestro mundo, nos distancia todavía un poco más de nuestro ser profundo.  Y esto, a través de mecanismos interiores que bloquean el despertar a las vibraciones superiores.  Esta aceleración puede ser igualmente una Luz formidable que aclara las buenas voluntades que tienen el deseo de tomar consciencia de sus defectos.  

Esta enseñanza, precisa, que se opone a nuestro falso yo, se vive de la manera más cercana a nuestra consciencia y se mide en nuestra capacidad de ser felices en el momento presente.  Un adagio simple de Sundari: “Rehazte tú mismo y el mundo cambiará”

A través de sus escritos, cantos espirituales y conferencias, extraídas de lo más profundo de su corazón y de su vínculo con el Maestro Jesús, Sundari difundió su mensaje de amor, asociado a una enseñanza simple y accesible a todos durante sus viajes por Europa, África y las tres Américas.

Una enseñanza gratuita, cuya única condición, es reformarse trabajando sobre sí mismo y aplicar a sí mismo lo que se pretende imponer a los demás.  

Todo un programa que ella hizo suyo para jalonar, como los Grandes Seres, la transición que se está produciendo actualmente hacia el mundo nuevo  

ESCUELA ESENCIALISTA 

Sundari fundó la Escuela Esencialista en Paris en 1951.

Es una escuela gratuita y sin paredes en la que aquellos que se sienten listos para entablar la reforma de su ser pueden encontrar, en una total libertad y fuera de toda influencia política, financiera, social o religiosa, la enseñanza, el entrenamiento, así como una ayuda constante, individual y colectiva, totalmente gratuita.  La única condición de admisión es la sinceridad.

Reformarse, es conocerse a sí mismo, controlando sus pensamientos, sus palabras y sus actos.

Es rectificarse para poder adquirir una nueva manera de vivir, de pensar, de hablar, de actuar, de alimentarse y curarse de los defectos, reflejo del orgullo, del egoísmo, de la hipocresía, de la mentira y del materialismo.  De esta manera se desarrollan la paciencia, la indulgencia, la tolerancia, el respeto, la consideración, la fineza y la delicadeza que conducen al amor altruista y a una apertura hacia los demás.

Sundari dice:  ha llegado el momento de reemplazar a través de la experiencia personal la tradición inoperante pues solo la experiencia puede permitir al hombre medir la grandeza, la profundidad y la eficacia de las leyes divino